El 1 de agosto, a las 17:00 horas se inició la sublevación. Una mujer polaca avisó a los alemanes de los planes clandestinos.... El levantamiento tuvo problemas desde el inicio, ya que si bien el centro de la ciudad y la ciudad vieja fueron liberados exitosamente, en Wola las tropas polacas sufrieron grandes bajas para poder capturar sus objetivos. En Mokotów, los alemanes aplastaron la insurgencia polaca, mientras que en Praga, la alta concentración de fuerzas alemanas obligó a los insurgentes a regresar a sus escondites. El resultado fue lamentable, pues a pesar de que los polacos pudieron capturar grandes zonas de la ciudad, los distintos grupos quedaron aislados, incapaces de contactar entre sí.
GHETTO JUDÍO DE VARSOVIA
Alzamiento de Varsovia
El Alzamiento o Levantamiento de Varsovia (en polaco: Powstanie Warszawskie) tuvo lugar durante la ocupación nazi de Varsovia durante la Segunda Guerra Mundial. Fue planificado por el Armia Krajowa o Ejército Territorial, que representaba al gobierno constitucional en el exilio. Formaba parte de la llamada Operación Tempestad, cuyo objetivo era liberar Polonia antes de que lo hiciera la Unión Soviética. Las tropas polacas sostuvieron durante 63 días el asedio alemán, pero ante la falta de apoyo aliado, finalmente fueron superadas por las mucho mejor equipadas tropas alemanas. El final de la contienda se saldó con 250.000 civiles de Varsovia muertos, la mayoría ejecutados, y más del 85% de los edificios de la ciudad destruidos.
Cuando el Levantamiento empezó, el Ejército Rojo se encontraba a decenas de kilómetros de la capital y al llegar el 16 de septiembre, sólo debían cruzar el río Vístula para liberar Varsovia. Sin embargo, los soviéticos se detuvieron, lo que ha llevado a la mayoría de los historiadores a concluir que Stalin prefería que la sublevación fracasara, para poder gobernar Polonia con mayor facilidad durante los años de la Guerra Fría. Los soviéticos por su parte aseguraron que frenaron su avance por problemas de abastecimiento, ya que sus líneas de suministros estaban sobrextendidas desde la Operación Bagration.
Antecedentes
El descubrimiento en 1943 de la Masacre de Katyn, donde miles de oficiales polacos fueron asesinados por las fuerzas soviéticas, dañó de forma irreparable las relaciones entre la Unión Soviética y el gobierno polaco constitucional, exiliado en Londres desde 1939.
Al ir liberando el Ejército Rojo los países ocupados por Alemania, quedó claro para los polacos que Stalin no permitiría que se restableciera el gobierno democrático en su país. Preocupado por esto, el gobierno polaco en el exilio ordenó a los generales del Armia Krajowa, el ejército de resistencia polaco, que intentaran liberar Polonia antes de que los soviéticos lo hicieran. Si bien era obvio que este ejército no contaba con suficientes recursos para mantener el país, pensaban expulsar a los alemanes por un tiempo nada más, suficiente para que los aliados liberaran Polonia definitivamente.
El 13 de julio de 1944 los soviéticos llegaron a la antigua frontera polaco-soviética, y los generales del Armia Krajowa tuvieron que tomar una decisión: luchar contra Alemania, a pesar de que no contaban con apoyo extranjero concreto y recursos suficientes o esperar a la llegada del Ejército Rojo, sabiendo que la propaganda soviética había acusado al Armia Krajowa de colaborar con los nazis y de ser unos cobardes.
El 29 de julio, las primeras tropas soviéticas llegaron a los suburbios de Varsovia, en la orilla oriental de río Vístula. Este episodio es conocido como la Batalla de Radzymin.
Preocupados de que al ignorar la orden del 27 de julio se produjeran represalias contra la población civil, los generales polacos decidieron adelantar el levantamiento y el 1 de agosto, el general Tadeusz Bór-Komorowski llamó a sus tropas a movilizarse. Debido a que la decisión de incluir a Varsovia en la Operación Tempestad fue cosa de último minuto, muchos miembros del Ejército Territorial se encontraban en otros frentes, sin embargo grupos partisanos independientes acudieron a la llamada de Varsovia. Entre estos se encontraban grupos de judíos que habían escapado del Gueto de Varsovia antes de su destrucción.
Inicio del levantamiento
El 1 de agosto, a las 17:00 horas se inició la sublevación. Una mujer polaca avisó a los alemanes de los planes clandestinos, y las tropas habían empezado a movilizarse para el inicio del alzamiento, si bien no contaban con ningún plan para hacerle frente. El levantamiento tuvo problemas desde el inicio, ya que si bien el centro de la ciudad y la ciudad vieja fueron liberados exitosamente, en Wola las tropas polacas sufrieron grandes bajas para poder capturar sus objetivos. En Mokotów, los alemanes aplastaron la insurgencia polaca, mientras que en Praga, la alta concentración de fuerzas alemanas obligó a los insurgentes a regresar a sus escondites. El resultado fue lamentable, pues a pesar de que los polacos pudieron capturar grandes zonas de la ciudad, los distintos grupos quedaron aislados, incapaces de contactar entre sí.
Al perder la iniciativa, los polacos empezaron entonces a adoptar una actitud defensiva y empezaron a construir barricadas a lo largo de toda la ciudad. El 4 de agosto fue el día en el que el Ejército Territorial ocupó la mayor cantidad de territorio durante el alzamiento. Ése mismo día empezaron a llegar los refuerzos alemanes bajo el mando del SS-Obergruppenführer (general de ejército) Erich von dem Bach-Zelewski, que inmediatamente empezó a presionar para hacer contacto con las bolsas aisladas de alemanes. El 5 de agosto los insurgentes ocuparon las ruinas del gueto judío. Ese mismo día, siguiendo las expeditivas órdenes de Hitler de «convertir la ciudad en un lago», el SS-Gruppenführer (teniente general) Heinz Reinefarth reunió a unos 40.000 civiles y los ejecutó, este episodio es recordado como la Matanza de Wola. Esta acción junto con otros excesos alemanes contra la población civil son mejor entendidos al explicar la lógica del Alto Mando Alemán, que creía que si ejecutaban a todo polaco capturado, la moral de los combatientes caería, lo que llevaría a una rendición prematura. Sin embargo, la ejecución de esta política fue contraproducente, ya que cuando los insurgentes conocieron el destino que les aguardaba si eran capturados, su voluntad de luchar se incrementó, porque pensaron que no tenían otra opción. Eventualmente los comandantes alemanes se dieron cuenta de esto y a finales de septiembre, a los polacos capturados se les empezó a otorgar el trato de prisioneros de guerra.
El 5 de agosto empezaron a llegar más tanques alemanes a la zona, con civiles polacos adheridos como escudos humanos. Después de dos días de intensos combates, los alemanes lograron cortar el distrito de Wola en dos, y llegaron a la Plaza Bankowy.
Entre el 9 de agosto y el 18 de agosto se libraron intensas batallas entre los alemanes y los polacos alrededor de la ciudad vieja y cerca de la plaza Bankowy. Los alemanes hicieron gala de la mismas tácticas que utilizaron en la invasión de Polonia unos años atrás. Éstas incluían el bombardeo de hospitales con banderas de la Cruz Roja por la Luftwaffe, así como el asesinato de médicos y enfermeras. Para finales de septiembre los defensores de la ciudad vieja fueron superados, y el 2 de agosto de 5300 hombres y mujeres se batieron en retirada por las cloacas, que para aquel entonces eran un importante medio de comunicación de la insurgencia.
La llegada del supercañón Schwerer Gustav y de los bombarderos alemanes condenó a la destrucción a decenas de los edificios de Varsovia. La resistencia polaca, sin artillería y armas antiaéreas, observó impotente cómo su capital era demolida.
Fin del levantamiento
El 10 de septiembre las tropas soviéticas alcanzaron el margen oriental del río Vístula y capturaron los suburbios al este de Varsovia. Emisarios del Ejército Territorial polaco se reunieron con los comandantes soviéticos y les propusieron la formación de un regimiento de fuerzas mixtas. Sin embargo inmediatamente agentes de la NKVD arrestaron a los emisarios y la conversaciones finalizaron abruptamente.
En efecto, los soviéticos se negaron a prestar ayuda al levantamiento, justificándolo con que el 2º Frente Bielorruso que se encontraba frente a Varsovia había sufrido un 28% de bajas al cruzar Bielorrusia y entrar a Polonia. Los alemanes no encontraron explicación a la pausa que realizó el Ejército Rojo; de hecho, en el diario del 9º Ejército Alemán se encuentra la siguiente anotación: «En contra de nuestras expectativas, el enemigo ha detenido su ofensiva a lo largo de todo el frente del 9º Ejército».
Sin embargo, el 26 de agosto, el general Zygmunt Berling ordenó reanudar los ataques contra el IV Ejército SS Panzer, y poco a poco los alemanes fueron empujados hasta el sector Praga de Varsovia, para luego tener que retirarse a la otra orilla del río Vístula.
El ejército «soviético» que intentó capturar Varsovia fue en realidad el 1º Ejército Polaco, que estaba bajo las órdenes de la Unión Soviética. La vanguardia de este ejército llegó hasta los sectores de Czerniaków y Powiśle, donde establecieron contacto con el Ejército Territorial. Pero al no contar con apoyo aéreo y adecuada cantidad de artillería, estas unidades fueron obligadas a batirse en retirada. La falta de apoyo del Ejército Rojo frustró los intentos de los dos ejércitos polacos de restablecer el enlace. Inmediatamente el general polaco Zygmunt Berling que mandaba el 1º Ejército Polaco fue relevado de su mando, y el nuevo comandante ordenó suspender toda actividad ofensiva «por lo menos cuatro meses».
En este punto, los polacos entendieron que no podían esperar apoyo externo, y si bien continuaron la lucha fue con la esperanza de que la resistencia obligara a los alemanes a disminuir la dureza de las condiciones de rendición.
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