El aspecto negativo del Ánima




El ánima es una personificación de todas las tendencias psicológicas femeninas en la psique del hombre, se manifiesta como vagos sentimientos y estados de ánimo, intuiciones proféticas, receptividad a lo irracional, capacidad para el amor personal, apego a la naturaleza, y -por último, pero no menos importante- su relación con el inconsciente.


No es mera casualidad que en la antigüedad las sacerdotisas (como la Sibila griega) fueran el medio para comprender la voluntad divina y para hacer conexión con los dioses. En su manifestación individual el carácter del Ánima de un hombre es por lo general formada por su madre. Si éste siente que su madre tuvo una influencia negativa sobre él, su Ánima a menudo se expresará en los estados de ánimo irritables, deprimentes, incertidumbre, inseguridad y susceptibilidad. Sin embargo, si es capaz de superar los ataques negativos en sí mismo, dicho hombre puede llegar incluso a reforzar su masculinidad.


En el alma del hombre con una figura negativa de la madre-ánima, se repetirá a sí mismo constantemente este tema: “No soy nadie, nada tiene ningún sentido. Para los otros es diferente, pero para mí, es imposible disfrutar de nada”. Estos estados de ánimo “Ánima” causan una especie de apatía, un miedo a la enfermedad, a la impotencia o a los accidentes. Toda la vida adquiere un aspecto triste y opresivo.


Dichos estados de ánimo oscuros pueden incluso atraer a un hombre hacia el suicidio, en cuyo caso el Ánima se convierte en una suerte de demonio de la muerte. Ésta se manifiesta en este papel en la película Orfeo de Jean Cocteau (1950). Los franceses llaman a dicha figura del ánima Femme Fatale (mujer fatal). Una versión más sutil de esta Ánima oscura es personificada por la Reina de la Noche en La Flauta Mágica de Mozart. Las sirenas griegas o la Lorelei alemana también personifican a esta peligrosa aspecto del Ánima, que simboliza en esta forma una ilusión destructiva.



En Europa a menudo el aspecto negativo del Ánima se expresaba con la creencia en las brujas.
Sorcieres qui vont au Sabbat, Faléro Study, 1877


El siguiente cuento siberiano ilustra el comportamiento de un Ánima tan destructiva:

Un día, un cazador solitario se encuentra con una hermosa mujer que emerge de las profundidades del bosque, al otro lado del río. Ella agita su brazo hacia él y le canta:
Oh venir, cazador solitario en la quietud del crepúsculo
¡Venir, venir, que te echo de menos, te echo de menos!
Que ya te acojo, te acojo
Venir, venir!
Que mi nido está cerca, está cerca
Venir, venir cazador solitario, en la quietud del crepúsculo.

Sin dudar, el hombre arroja sus ropas y se lanza en nado a través del río. Pero de repente la mujer se alza en vuelo en forma de una lechuza, riéndose burlonamente. El cazador trata de recuperar sus ropas y ponerse a salvo, pero antes muere ahogado en el gélido río.

En este cuento el Ánima simboliza un sueño irreal de amor, felicidad, y calidez maternal (el nido), un sueño que atrae a los hombres lejos de la realidad. El cazador se ahoga porque queda sin una fantasía, sin un deseo que quedó sin cumplirse.

Otra forma en la que el Ánima negativa puede manifestarse en la personalidad de un hombre es en los comentarios venenosos, mordaces y afeminados de los que se sirve para desestimar todo. Las observaciones de este tipo siempre contienen un retorcimiento barato de la verdad y que en realidad son una expresión mínima de autodestrucción.

Hay leyendas de todo el mundo en las que suele aparecer una “damisela venenosa” (como se conoce en Oriente). Se trata de una criatura hermosa que esconde armas en su cuerpo o bien, un veneno secreto con el que mata a sus amantes durante su primera noche juntos. En este aspecto el Ánima es tan fría y temeraria como ciertos aspectos misteriosos, propios de la naturaleza misma. En Europa a menudo se expresaba con la creencia en las brujas.

Pero si por otro lado, el hombre siente que la influencia de su madre ha sido positiva, esto también puede afectar a su Ánima de maneras típicas, pero diferentes, con el resultado extremo de que o bien, se vuelve afeminado o presa de las mujeres y por lo tanto, incapaz de hacer frente a las dificultades de la vida. Una Ánima de este tipo puede convertir a los hombres en seres sentimentales o pueden llegar a ser tan delicados o tan sensibles como la princesa del cuento de hadas que podía sentir una aguja bajo treinta colchones.

Una manifestación más sutil acerca de un Ánima negativa aparece en algunos cuentos de hadas en forma de una princesa que pide a sus pretendientes que respondan a una serie de acertijos, debiendo morir en el caso de no acertar a la respuesta. Invariablemente la princesa gana. El Ánima en este aspecto envuelve a los hombres en un juego intelectual destructivo. Podemos observar el efecto de este truco del Ánima en todos los diálogos neuróticos, pseudo intelectuales que inhiben a un hombre del contacto directo con la vida y sus decisiones reales. Reflexiona tanto sobre la vida que no puede vivir, perdiendo toda su espontaneidad y capacidad de resolución de problemas.

La manifestación más frecuente del Ánima toma la forma de fantasías eróticas. Los hombres pueden ser conducidos a nutrir sus fantasías viendo películas y programas de desnudos o fantaseando con material pornográfico. Este es el aspecto crudo y primitivo del Ánima, el cual se vuelve compulsivo tanto como el hombre es incapaz de cultivar sus relaciones sentimentales, esto es porque su sensación ante la vida ha permanecido en un estado infantil.

Todos estos aspectos del Ánima tienen la misma tendencia que hemos observado en la Sombra, es decir, que se pueden proyectar para que aparezcan ante el hombre como las cualidades de un tipo de mujer en particular. Es la presencia del Ánima la que hace que un hombre caiga repentinamente enamorado cuando ve por primera vez a una mujer y al momento sepa que se trata de “ella”. En esta situación el hombre se siente como si hubiera conocido a esta mujer íntimamente de toda la vida. Cae tan perdidamente enamorado que para la gente alrededor puede parecer como una completa locura.

Las mujeres que son del tipo de “cuento de hadas” atraen especialmente dichas proyecciones del Ánima, porque los hombres pueden atribuir casi cualquier cosa a una criatura que es tan vagamente fascinante y pueden por lo tanto, proceder a tejer fantasías a su alrededor. La proyección del Ánima en una forma tan repentina y apasionada como la de una “historia de amor”, puede desembocar en un matrimonio considerablemente perturbador y llevar al conocido “triángulo amoroso”, con las dificultades que éste conlleva.



Una solución llevadera para tal drama, puede ser hallado sólo con el reconocimiento del Ánima como fuerza interior. El objetivo secreto del inconsciente por llevar a cabo tal conflicto, es obligar al hombre a desarrollar y llevar su propio ser hacia la madurez mediante la integración de su personalidad inconsciente y que entre en su vida real.


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