Un perfume

Hoy un perfume ha invocado aquel momento de alta tensión. Estaba en terreno de fronteras. Los viajeros iban y venían. Saltaban el abismo. Buscaban el lado mas estrecho para sortearlo. Se despedían o se reencontraban. Pero en el aire había una fragancia exquisita. Así huele el fin del mundo, el borde donde se despeñan los océanos al vacío -pensé. Tuve que mantenerme inalterable por horas, en vigilia constante, esperando el momento correcto del salto. Mi mundo estaba cambiando. Eventualmente, tal episodio pasó al olvido, pero la tensión nunca se fue. 

Hoy reposo mi cabeza en tu pecho, escondo mi rostro en tu seno. Y bajo esa sombra como de arboledas huele tan bien, que quiero desfallecer finalmente, despeñarme como el océano en el vacío.

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