Fuge Homo Fuge

Yo quise abrir la puerta y dar con la novedad.

Pretendí no correr y dejar ir el autobús esta vez. Entonces no hubiera llegado a la ciudad de nuevo al atardecer, casi al crepúsculo. A esas horas la gente empieza a adueñarse de las banquetas y tengo que andar a contracorriente.

Quise dar con la novedad pero por millonésima vez, volví a abdicar. A veces sugiero que ante las múltiples posibilidades mi voluntad está enferma. Otras veces me doy cuenta de que sólo hay un camino y mi libre albedrío no existe. A veces me doy cuenta de que me engaño al creer que soy un hombre común y corriente; soy el rincón de una memoria, un sueño recurrente.

Alguien me gobierna.

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