"CABINA SONORA" PJ Harvey: Let England Shake
EN UNA NUEVA FACETA, POLLEY JEAN PROTESTA SOBRE EL ESTADO DE SU NACIÓN Y CONTRA LA GUERRA
POR OCTAVIO RAMÍREZ
Existe en el inconsciente colectivo moderno, un fuerte modelo de mujer que
exclama sin concesiones su tribulación y tormento, su euforia y su pasión. La
fémina transgresora y rebelde con minifalda es ya un cliché dentro del mundo del
rock. La voz agónica que canta el desamor y la decepción es un arquetipo de las
cantantes solistas. Tal es el caso de PJ Harvey.
Durante los años 90, la era de la explosión del rock alternativo, varias
cantautoras lograron alcanzar la notoriedad, pero solo pocas con un sello distintivo
y tan ampliamente elogiado como lo fue PJ Harvey. Bastó la entrega de tres
álbumes para que Harvey se estableciera como una de las compositoras más
individualistas e influyentes de los años noventa.
La Harvey que conocemos suele pendular en su canciones entre el amor
y el sexo, la crítica religiosa y el humor negro, con un sentido retorcido de la
teatralidad. A lo largo de su carrera ha realizado tantas reencarnaciones como
álbumes grabados. De su influencia como estudiante de arte devino el disco
debut Dry. Posteriormente surgiría una poeta Punk en Rid of Me, para después
darle paso a la sirena posmoderna del álbum Is This Desire? Su transformación
magistral ocurrió con la llegada del disco Stories from the City, Stories from the
Sea: un laberinto de espejos, donde PJ Harvey se proyecta lo mismo sexual, que
confusa; por momentos sensible, a veces vulnerable o agresiva.
Luego de una carrera de exploración emocional, en el presente año Polley
Jean Harvey muestra otra máscara. Let England Shake (2011) devela una Harvey
con voluntad crítica, tanteando los terrenos de la música de protesta. En dicha
producción hay constantes, como la narración y los gritos de horror en torno a la
guerra, además, su sonido cuenta con una acústica especial, producto de haber
realizado la grabación en una vieja iglesia del siglo XIX, en Dorset, Inglaterra.
Detrás de las consolas de grabación estuvieron las manos prodigiosas de
Flood (U2, Depeche Mode, Nick Cave, Nine Inch Nails, Smashing Pumpkins, The
Killers, Sigur Rós), además de John Parish, con el que Polly ya había editado dos
álbumes, además de Mick Harvey.
Aunque temáticamente Harvey explora un nuevo horizonte, la protesta (con lo que busca
sacudir la indolencia inglesa), musicalmente “Let England Shake”
parece nutrirse del sonido que naciera en el antes mencionado Stories from the
Sea. En su constante multiplicación de máscaras, la presente no parece ser un
gran acierto de la cantante británica. “Let England Shake”, sin defraudar en su
calidad y ejecución, muestra sin embargo, a una Polley en terrenos poco propicios
para mostrarse como mejor lo sabe hacer, como ese arquetipo del espíritu
femenino rebelde y provocador.
POR OCTAVIO RAMÍREZ
Existe en el inconsciente colectivo moderno, un fuerte modelo de mujer que
exclama sin concesiones su tribulación y tormento, su euforia y su pasión. La
fémina transgresora y rebelde con minifalda es ya un cliché dentro del mundo del
rock. La voz agónica que canta el desamor y la decepción es un arquetipo de las
cantantes solistas. Tal es el caso de PJ Harvey.
Durante los años 90, la era de la explosión del rock alternativo, varias
cantautoras lograron alcanzar la notoriedad, pero solo pocas con un sello distintivo
y tan ampliamente elogiado como lo fue PJ Harvey. Bastó la entrega de tres
álbumes para que Harvey se estableciera como una de las compositoras más
individualistas e influyentes de los años noventa.
La Harvey que conocemos suele pendular en su canciones entre el amor
y el sexo, la crítica religiosa y el humor negro, con un sentido retorcido de la
teatralidad. A lo largo de su carrera ha realizado tantas reencarnaciones como
álbumes grabados. De su influencia como estudiante de arte devino el disco
debut Dry. Posteriormente surgiría una poeta Punk en Rid of Me, para después
darle paso a la sirena posmoderna del álbum Is This Desire? Su transformación
magistral ocurrió con la llegada del disco Stories from the City, Stories from the
Sea: un laberinto de espejos, donde PJ Harvey se proyecta lo mismo sexual, que
confusa; por momentos sensible, a veces vulnerable o agresiva.
Luego de una carrera de exploración emocional, en el presente año Polley
Jean Harvey muestra otra máscara. Let England Shake (2011) devela una Harvey
con voluntad crítica, tanteando los terrenos de la música de protesta. En dicha
producción hay constantes, como la narración y los gritos de horror en torno a la
guerra, además, su sonido cuenta con una acústica especial, producto de haber
realizado la grabación en una vieja iglesia del siglo XIX, en Dorset, Inglaterra.
Detrás de las consolas de grabación estuvieron las manos prodigiosas de
Flood (U2, Depeche Mode, Nick Cave, Nine Inch Nails, Smashing Pumpkins, The
Killers, Sigur Rós), además de John Parish, con el que Polly ya había editado dos
álbumes, además de Mick Harvey.
Aunque temáticamente Harvey explora un nuevo horizonte, la protesta (con lo que busca
sacudir la indolencia inglesa), musicalmente “Let England Shake”
parece nutrirse del sonido que naciera en el antes mencionado Stories from the
Sea. En su constante multiplicación de máscaras, la presente no parece ser un
gran acierto de la cantante británica. “Let England Shake”, sin defraudar en su
calidad y ejecución, muestra sin embargo, a una Polley en terrenos poco propicios
para mostrarse como mejor lo sabe hacer, como ese arquetipo del espíritu
femenino rebelde y provocador.
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