Estaba ante tu casa, a la hora previa en que los cuervos aterrizan sobre la nieve de tu patio. Toqué la puerta impulsivamente, pero me arrepentí al instante, olvidé por un segundo que para ti soy solo un ladrón.
Irrumpí en tu habitación, era una mariposa nocturna sorteando las volutas de tus pensamientos y tu sueño, esa vela traslúcida que atrae el negro y el azul, el turquesa y el carmín y todos esos colores que pintan la vida solitaria.
Soy un ladrón que roba la calma ¿me puedes reconocer? Ves mis sombras, mis rastros y mis huellas. Me sientes en el viento del norte, soy yo, en cada momento y en cualquier lugar, en cada edad de tu vida.
Soy un fantasma, soy una naturaleza atemporal, dame un nombre y dame tu tiempo. Entrega a este espitiru todo lo que estás dispuesta a entregar.
¿Cuál es ese sonido proveniente del sitio de los abedules?
¿Cómo suena el río cuando busca encontrarse con el mar?
Atenta, con todos tus sentidos, soy yo, en cada momento y en cualquier lugar, en cada edad de tu tu vida.
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