En los terrenos recónditos

Arboleda-de-abedul


En los terrenos recónditos de mi propiedad habitan bestias que se escapan a la clasificación naturalista. Las corrientes humanistas tampoco logran dar una explicación certera de su justificación existencial. Peritos y aprendices de diversas ciencias han acudido a mí por años buscando estudiar su genealogía, sus conductas y su relación con la naturaleza, pero los que no han desistido por el severo debilitamiento de su salud (mordeduras, infecciones severas, obnubilación del ánimo), terminan emitiendo falsos diagnósticos y haciendo conclusiones apresuradas.

Son escurridizas pero a veces acuden voluntariamente a mi mano. Se mueven confiadas sólo bajo el resguardo de las constelaciones, con quienes parecen tener una conexión inherente. Rasgan y golpean mis puertas, chillan y aullan hasta altas horas para después volver a deslizarse a la penumbra de las arboledas. 

Por un tiempo les quise domesticar. Les traje a rastras hasta mis aposentos. Bajo mi mesa, les suministraba escasos mendrugos de pan remojado con cebo animal, tal como se hace en los asentamientos de vida agreste con los perros de trabajo, incitándoles de esta forma, el apego y la sumisión al hombre. 

Pero la naturaleza indómita de mis bestias es una fuerza suprahumana, destructiva y demencial cuando se asume su convivencia bajo un mismo techo. Bufan como en delirio, como el soñante que pide tregua y anhela despertar. Se abren paso derribando cualquier cosa que se les oponga. Impregnan las paredes de humedad de bosque y siembran la hiedra en los cimientos de la casa. Prenden fuego a los libros e hincan sus incisivos sobre los recuerdos fotográficos. 

Por otro lado hay algo de belleza en su lejanía, en su trotar nocturno por las estepas. Su pelaje áspero y oscuro resplandece bajo la luna llena. Entonces es cuando me doy cuenta de que no hay malignidad en su naturaleza. Me ha costado mucho entender que me buscan apelando a mi piedad, quieren ser libres y abandonar por siempre su condición de bestias sin nombre.


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