Diotima


Yo y Varsovia
Parece que a partir de ahora todo se trata de eso. Como si un velo de separación milimétrica me hiciera ver la ciudad a la distancia: 
ahí donde yo no estoy, ahí estás tú.
Cada Café, cada galería, cada parque, cada parada del tranvía, ahí puedes estar. 

Pero yo no.
Yo siempre voy de paso, y miro por la ventana del autobús, desde el asiento de mi bicicleta, desde la cadencia fatigada de mis pasos.

No es tiempo de certezas, por eso me apego a la única que me queda. Sé que estás allá afuera. 

Y sé que hay gente maravillosa por conocer, eventos sociales y sonrisas fulgurantes. 
¿Pero cuánta gente maravillosa queda?
¿Cuántos eventos, cuántas sonrisas? 
¿Cuánto tiempo queda, antes del paso definitivo?
¿Cuántos intentos más. antes de la persona correcta?
Pensabas que era yo

La otra noche juraría que te he visto.
Era una calle nombrada en honor a una poetisa polaca, la gente se apresuraba a salir del tranvía porque la lluvia arreciaba. Anteojos, botas, bolso. Pensé que eras tú 

Pensaba que eras tú.

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