Y al final salió la inevitable pregunta:
-¿Crees en el amor?
- Quieres decir, ¿en el sentido de que si existe o en el de que tengo todas mis esperanzas puestas en él?
- Hmm, No lo sé, ¿ambos?
- Es que no es lo mismo creer que allá fuera una bruja dance ajena a mi existencia, que pensar que se las vive buscando siniestras formas de fastidiarme.
- Parece que para ti se trata más de temor al enamoramiento.
- Hoy no debiste salir, ni siquiera para buscarme, hay mucho jaleo allá afuera, en las tiendas y en los cafés, muchas sonrisas en espuma de capuchinos, rebosantes corazones de helio, caricias de felpa y cursilería precoital.
- Esa es una forma de verlo.
- Pero también deben andar esas almas en pena en busca de su última oportunidad de salvación, ejemplares machos descartados por la selección natural. Y sin embargo las historias predilectas de San Valentín son las de estos últimos, de los que heroicamente luchan contra su naturaleza antisocial para retar al macho alfa y cortejar a las hembras con mejor genética, a sabiendas de que tienen la derrota garantizada.
- ¿Y no guardas siquiera un ápice de fe en el amor?
- Supongo que irremediablemente has caído peligrosamente en la confusión, ¿hablas del fenómeno primaveral y primitivo del enamoramiento o del ideal occidental llamado amor?
- Hmm, no sé, de ambos.
-El primero se trata de una fase de intoxicación bioquímica recurrente. El segundo, de toda una ideología, igualmente tóxica. En ambos casos la aversión es el único antídoto.
- Tengo algo para ti.
- ¿Qué es?
- Tienes que salir de ahí para verlo.
- ¡Sólo arrójalo!
- Ni pensarlo, esa cloaca se lo tragaría. ¡Sal por un momento!
- Ni hablar, no en San Valentín.
- Bueno, entonces al menos asoma tu rostro, hace tiempo que no te veo.
- Bien, pero dime ¿qué tienes ahí?
- Es solo una carta inofensiva firmada por mí, tómala como una renovación de votos de muestra amistad intermitente, mi querido y amargado ser subterráneo.
- Tiene un estúpido payaso sonriente.
- Me alegra que te guste. Y dime, ¿qué cuentan de nuevo allá abajo en el sistema de alcantarillado?
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La vida subterránea puede llegar a ser muy confortable |
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